Verano
La estación del verano comienza el 21 de junio y termina el 23 de septiembre. Durante esta época se suceden diversas festividades para aprovechar los días más largos y las noches fresquitas para poder descansar bien, sobre todo las días de Terral en Málaga.
•Junio, 24: San Juan. Actualmente, se ha perdido un antiguo rito mediante el cual pasaban por un mimbre a los niños que estaban “quebrados”, pero hoy día simplemente se va a “sanjuanear” por la noche.
•En el último fin de semana de agosto, la magnificencia del patrimonio a la luz de las velas atrae a multitud de interesados durante la Noche en Blanco, amenizada con actuaciones de música en directo y diversas actividades. En el año 2023, se ha celebrado en medio de un fin de semana repleto de entretenimiento en que, durante la primera edición del festival denominado "Al-farnat", la localidad se ha engalanado con motivos medievales gracias a un gran mercado medieval, exposición de instrumentos de tortura, conciertos itinerantes de música medieval, pasacalles de criaturas fantásticas, así como conciertos de artistas de renombre, entre otros.
•Septiembre, en torno al día 12: fiestas en honor a la Virgen de Monsalud, se le suele llamar popularmente «La Fiesta». En el transcurso de estas fiestas patronales, tiene lugar la llamada «Embajada de Moros y Cristianos». Es, ante todo, una fiesta de marcado carácter mariano y religioso, pues está dedicada a la figura de la Virgen María. Su finalidad es exaltar el papel de la Virgen dentro de la fe cristiana, por lo que no podemos decir que sea una simple fiesta de carácter cultural o histórico. Todos los diálogos entre los caballeros que intervienen en el texto del siglo XVII-XVIII terminan siempre haciendo alusión a su fe y especialmente el cristiano hace gala de poner la victoria final pedida a Dios en manos de la Virgen de Monsalud. Añadir que el texto mencionado se trata de un romance anónimo denominado "Las Relaciones".
La forma original y más antigua de esta fiesta es la que sigue: comienza con la Misa del día 12 de septiembre, en honor a la Virgen de Monsalud y durante cuyo desarrollo, los caballeros cristianos y moros -que ocupan los primeros lugares frente al presbiterio, aunque en lados opuestos-, realizan los movimientos de la liturgia al contrario; esto es, cuando los cristianos se ponen en pie, los moros se sientan y viceversa. (Actualmente, no se sigue esta costumbre sino que se celebra la Eucaristía de la forma habitual). Una vez ha terminado la celebración de la Eucaristía, se procede a la reverencia que el abanderado cristiano realiza ante la imagen de la Virgen y que se denomina “la cortesía”; se hace dentro de la Iglesia con una pesada bandera (la bandera es el antiguo estandarte de la Virgen de Monsalud, propiedad de la parroquia), copia de otra quizá mucho más antigua (la actual es de 1891). Siguiendo la forma antigua de escenificar la Embajada, por la tarde ambos bandos se enfrentaban siguiendo una trama simple y con bastantes dosis de improvisación por aquel entonces, que tenía como causa el robo que los moros hacen de la imagen de la patrona tras haber “echao la batalla” y de la reclamación que hacen los cristianos mandando su Embajada para pedir su devolución a través de la lectura del texto mencionado. Después de varios diálogos por parte de cristianos y moros en uno y otro lado, los cristianos recuperan la imagen de su patrona y la llevan a la plaza del pueblo, donde es agasajada con flores llevadas por las niñas del pueblo, ataviadas a la usanza regional. Así se hacía la fiesta de la Embajada, en su forma original recuperada tras la guerra civil en los años 70 gracias a la labor del abogado D. Victoriano Frías O'Valle, oriundo de Alfarnate. Tras casi 20 años de abandono de la fiesta, en los años 90 se volvió a recuperar de una forma más sencilla pero conservando sus rasgos característicos. Actualmente, la escenificación se celebra en la zona llamada La Haza del Cura, debido a que se trata de una extensión mayor de terreno y puede acoger a una mayor cantidad de residentes y visitantes.
Cabe resaltar también la original vestimenta empleada, consistente en un traje parecido al de corto andaluz para los cristianos con un catite adornando la cabeza, mientras que el de los moros lo forma el morrión o especie de turbante decorado con varetas de almendro y flores del tiempo, una chaquetilla roja sin mangas sobre camisa blanca, un mantoncillo al hombro, faja roja y un pantalón bombacho blanco atado por los tobillos, terminado en encajes y cubierto con faldilla blanca y corta. Hoy día, el traje de moro es más simple y consiste simplemente en un turbante junto con una chilaba. Mencionar que los personajes principales de cada bando visten un traje más elaborado que el resto de participantes, por su importancia dentro de la representación.
Podemos encontrar en el Edificio de Usos Múltiples el Centro de Interpretación de la Embajada, donde visitar numerosos objetos pertenecientes a la Fiesta y conocer los entresijos de esta concurrida festividad.
Recientemente, se han instalado en la localidad dos estatuas a tamaño real en representación de tan esperada celebración. Se trata de una fiesta que goza incluso del reconocimiento como Fiesta Singular de la provincia de Málaga.
Para terminar, cabe añadir que son bebidas típicas de esta época el zoque y la catana; una versión alfarnateña del gazpacho y salmorejo andaluz que aquí adquieren un nombre y una personalidad propios.